El traje nuevo del emperador

El traje nuevo del emperador
Traducción y adaptación de un escrito original de Gary Amirault
Por: Mario Rodriguez Bernier

Alguna vez ha escuchado usted del evangelio victorioso de Jesucristo? Lo más probable es que no,  El verdadero Evangelio victorioso de Jesucristo se escucha rara vez plenamente porque generalmente es embestido por la tradición

El Evangelio victorioso de Jesucristo cree que "Dios es amor," un amor que nunca falla, un amor para lo cual  nada es imposible. Este amor no busca lo suyo, no hace nada indebido y no deja nunca una oveja hasta que la encuentra. Jesús dijo: Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré (arrastraré en griego) a mí mismo (Juan 12:32) arrastraría toda la humanidad hacia él. Este amor de Dios hace que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad (1 Tim 2:4,) Pablo, el apóstol de las Naciones era fiel al Evangelio victorioso el dijo: Palabra fiel es esta, y digna de ser recibida por todos.  Que por esto mismo trabajamos y sufrimos oprobios, porque esperamos en el Dios viviente, que es el Salvador de todos los hombres, mayormente de los que creen.   Esto manda y enseña.(1 Tim 4:9-11)

Probablemente podría continuar durante varias horas mostrando decenas de escrituras que declaran la soberanía de Dios, su poder, omnisciencia, sus perfectos planes y deseos para la humanidad, su fidelidad para cumplir sus juramentos y promesas, pero mucho antes de que pudiera presentar mi caso sobre el Evangelio victorioso, un cristiano típico contradecirá esto diciendo: Sí, Dios es amor, pero también es Justo y Santo. Dios es demasiado sagrado para tolerar el pecado en el cielo y por lo tanto, debe consignar a todos los impíos (o infieles) a la condenación eterna en el infierno. Normalmente termina el debate y a menudo la amistad. He pasado por este escenario muchas veces.

Pero me pregunto: ¿Cuando llegamos  a la idea de que la santidad de Dios y su justicia de alguna manera están en contraste u oposición a su naturaleza, la cual es el amor? ¿Dios es un esquizofrénico? ¿Es él de doble ánimo? ¿O  hemos proyectado nuestra propia doble personalidad a la imagen de Dios?

El origen de nuestra hipocresía e incapacidad para armonizar todos los atributos de Dios proviene de haber sido seducidos por una enseñanza que Pablo, el apóstol a las Naciones, advirtió a los gálatas acerca de la mezcla del pacto mosaico con el nuevo pacto, la mezcla de ley y la gracia: La mezcla de ley y la gracia produce ese espíritu fariseo desagradable. Un espíritu diabólico que ha engañando a más de uno que se dice ser cristiano, que simplemente apesta a santurronería, y lo ciega. El problema de la santurronería es que la persona que lleva ese manto religioso llamativo no puede ver su ceguera ni desnudez.

Todos conocemos el clásico cuento de Hans Christian Andersen: El traje nuevo del emperador: Hace muchos años vivía un rey que era comedido en todo excepto en una cosa: se preocupaba mucho por su vestuario. Un día escuchó a dos charlatanes llamados Guido y Luigi Farabutto decir que podían fabricar la tela más suave y delicada que pudiera imaginar. Esta prenda, añadieron, tenía la especial capacidad de ser invisible para cualquier estúpido o incapaz para su cargo. Por supuesto, no había prenda alguna sino que los pícaros hacían lucir que trabajaban en la ropa, pero estos se quedaban con los ricos materiales que solicitaban para tal fin.

El emperador sintiéndose algo nervioso acerca de si él mismo sería capaz de ver la prenda o no, envió primero a dos de sus hombres de confianza a verlo. Evidentemente, ninguno de los dos admitieron que eran incapaces de ver la prenda y comenzaron a alabar a la misma. Toda la ciudad había oído hablar del fabuloso traje y estaba deseando comprobar cuán estúpido era su vecino.

Los estafadores hicieron como que le ayudaban a ponerse la inexistente prenda y el emperador salió con ella en un desfile sin admitir que era demasiado inepto o estúpido como para poder verla.

Toda la gente del pueblo alabó enfáticamente el traje, temerosos de que sus vecinos se dieran cuenta de que no podían verlo, hasta que un niño dijo:

 

«¡Pero si el emperador va desnudo!»

 

La gente empezó a cuchichear la frase hasta que toda la multitud gritó que el emperador iba desnudo. El emperador lo escuchó y supo que tenían razón, pero levantó la cabeza y terminó el desfile (resumen de wikipedia).

¡Oh, cómo es cierta esta historia  en el cristianismo hoy, en el evangelio de Juan en el capítulo noveno, Jesús cura a un ciego y el liderazgo de Israel intenta utilizar el milagro como una excusa para la detención de Jesús, porque lo hizo en el día sábado. En esa ocasión, Jesús dijo: Para juicio he venido yo a este mundo; para que los que no ven, vean, y los que ven, sean cegados. Algunos fariseos le escucharon y le dijeron: ¿Acaso nosotros somos también ciegos?  Jesús dijo: Si fuerais ciegos, no tendríais pecado; mas ahora, porque decís: Vemos, vuestro pecado permanece.  (Juan 9:39-41) Hay algunos que leen este pasaje ahora que si se detienen y piden al Espíritu Santo entrar en un tiempo de lectura y buscan en su corazón, libres de las ataduras religiosas, verán más claramente lo que nunca han visto. Hay que pedirle  al Espíritu Santo que nos coloque en un estado de honestidad con nosotros mismos, de humildad, creyendo que el Espíritu Santo es capaz de mostrar y colocar las cosas en su debido puesto. Preguntarle por revelación aunque eso nos haga ver mal ante los demás. Una persona no puede ver su desnudez, ceguera y sordera, el temor de ser no aptos para una posición en el cielo es tan aterrador que lo hace seguir en la farsa.

Para millones y millones de cristianos, hacer frente su propia hipocresía, poner su orgullo al desnudo y su falso auto-juzgamiento es muy difícil. Prefieren permanecer en sus pecados, en lugar de venir a la humilde posición de admitir su propia desnudez y ceguera. Son ricos en prendas de orgullo y auto-justicia, ellos dicen: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo. Aquí esta lo que debes hacer: Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas. (Apoc 3:16-18) Comprar la ropa diseñada por él en el cielo.

Cuando un religioso dice "Dios es Santo, él no puede sostenerse en presencia de los pecadores, cómo concilia el hecho de que siendo aun pecadores, Cristo murió por nosotros." ¿Cómo concilia el hecho de que Jesús comió y bebió, y fue tocado y perdonó a los pecadores. Dios estaba en Cristo reconciliando el mundo para sí mismo. ¿Dónde obtienen los cristianos la idea de que Dios no puede estar con nosotros  mientras él nos perfecciona. ¿Cómo es que quedamos atrapados en esa santurronería mientras, incluso los niños,  pueden ver  nuestra desnudez y corrupción? Bueno, recibimos algunas de esas ideas de la ley de Moisés, una ley que exige sacrificios y todo tipo de rituales que Pablo llamó inútiles y vanos, que no tienen ningún poder contra los apetitos de la carne y que desvirtúan el carácter de el Padre. Dios no es un hipócrita. Él no rompe su palabra. Cuando dice que envió a su hijo al mundo para salvarlo, quiere decir lo que el mismo Jesús afirmó: Si yo fuere levantado a todos arrastrare hacia mí. El es capaz y tiene toda autoridad delegada por el Padre para hacerlo. Es capaz de hacerlo a pesar de que la inmensa mayoría de la Iglesia no le crea.

La otra parte del ataque al Evangelio victorioso de Jesucristo es: Dios es justo. Debe castigar el pecado. Y lo que implica este castigo es que el autor debe experimentar sufrimientos y alejamiento de Dios por toda la eternidad. Dios no podrá hacer nada por usted ya que él le dio un libre albedrio (para su propia perdición).  Imagínese traer a  diez hijos a este mundo. Y en sus propios ojos ver como cada uno de ellos se pierde. Fueron traídos a este mundo solo para ser atormentados de día y noche por siempre jamás. Ningún ser humano CUERDO haría a sus hijos, bajo la bandera de la santidad y la justicia, lo que de forma tradicional el  cristianismo ha atribuido a Dios, el Padre de todas las almas. Así que debo concluir, como cualquier amante, padre sano debe concluir, que el evangelio que nos es predicado o que cree la mayoría es una mentira de la más alta orden inyectada a la humanidad por el padre de todas las mentiras, el mismo Satanás.

Dios es amor, un amor para que nada es imposible. El sostiene y mantiene sus palabras y juramentos. Nunca rompe sus promesas. Él es fiel. Él le indica que debe superar a sus enemigos con amor porque es cómo él superará a todos sus enemigos. En su opinión, la labor de la Cruz para toda la humanidad ya está terminada porque el "Cordero de Dios que quita el pecado del mundo" fue sacrificado antes de la fundación del mundo. Siempre estaba en su mente redimir y conciliar a sus hijos distantes. Lo que al final logrará. Yo puedo pasar muchas horas más escribiendo  y enseñándole en este artículo sobre la Evangelio victorioso de Jesucristo", pero después de todo este es  simplemente un escrito que por su naturaleza pretende quedarse corto.

En todo caso yo seguiré afirmando: El emperador está desnudo 

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